" Los brazos "
Cuando seas feliz, cuando todas las cosas
estén a tu favor, y tu vida se vuelva
un lugar habitable, no te acuerdes de mí.
Pero si alguna vez sintieras que la carga
te pesa demasiado; si ya no puedes más,
y empiezas a dudar de ti misma y de todo,
recuerda que hubo alguien que alguna vez te amó
y que hubiesse querido, si le fuera posible,
aliviarte esa carga. Y piensa en esos brazos
ya impalpables, aéreos, y que ya no sabrían
hacerte daño alguno.
Y un momento, si puedes,
abandónate en ellos, por favor, y descansa.
Cereijo, José. Música para sueños. Valencia: Pre-Textos, 2007, p 61.
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