domingo, 26 de novembro de 2017
El monje copista
Tengo el vicio secreto de conversarme adentro
con un lenguaje exento de figuras retóricas.
No importa en qué momento, sola o acompañada,
con tanta perfección que nadie se da cuenta
pues me hablo con naturalidad
pero sin emitir aquello que me sé.
Incluso a veces escribo con el dedo
cualquier palabra clave sobre una piel desnuda
en medio de la noche entre frases de amor.
Es que me dan alergia
los sensatos de buena voluntad,
los prácticos consejos que siempre llegan tarde,
el aprecio y la mirada comprensiva
del que pretende que me le parezca.
Estou acostumbrada a disfrutar
del vértigo de andar sobre la cuerda floja
pero sin patetismo ni ridículas frases
o cursis conclusiones. Prefiero
vomitar mis resacas sin palabras, sin ruido.
Escribo frases invisibles que solo yo puedo leer.
Grito, pero nada se escucha.
Me voy perfeccionando en el silencio.
Moro, Lilliam. Contracorriente. Ediciones Diputación de Salamanca, 2017, p 25 (Prólogo: Carmen Ruiz Barrionuevo).
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